Las alforjas están íntimamente relacionadas con los bolsos ya que aquéllas son las antecesoras de éstas. Las alforjas se diferencian en que eran unos sacos de tela cortos y anchos y con forma cuadrada que eran usados para transportar cerámica, alimentos y objetos pesados.
Los bolsos de mano han recorrido un largo camino, se
desconoce con exactitud desde cuando existen los bolsos ya que no se han
conservado referencias históricas que reflejen con veracidad la fecha de su
creación.
Todo parece indicar que los primeros indicios de la aparición del
bolso se dan en Egipto, donde se han encontrado jeroglíficos que muestran
figuras masculinas con una suerte de bolsa pequeña atada a la cintura.
En general, se asume que se trataba de una
forma cómoda para transportar semillas en las plantaciones, sin embargo, se puede afirmar que ya en la
prehistoria se usaban instrumentos similares. Todo ello se deduce de algunas
pinturas rupestres halladas en las que se aprecia dibujos de figuras femeninas
portando objetos parecidos a bolsas. Según se cree, es posible que el hombre
nómada hubiese desarrollado el bolso para poder transportar el alimento que
cazaba o recolectaba durante sus desplazamientos; usando para ello la piel de
los animales que consumía.
Desde entonces, el bolso se convirtió en un elemento
importante para la vida cotidiana por su gran utilidad.
Las Bolsas estaban bordadas por lo general con la
ilustración de una historia de amor y eran a menudo un regalo del novio a la
novia cuando se casaban. Los monederos y los bolsos de mano fueron utilizados
para llevar semillas, objetos religiosos y medicina y eran llevados por hombres
y mujeres. Por referencias históricas.
En 1630, el príncipe elector Maximiliano
I de Baviera paseaba por la corte con un pomposo morral de terciopelo verde con
bordados de oro, mientras que el rey Luis I de Baviera hacía lo propio con una
bolsa de terciopelo con incrustaciones de plata. Louis Vuitton es conocido por
ser el hombre de la bolsa para Napoleón III de Francia. Vuitton fue contratado
para cargar las bolsas de la esposa de Napoleón, Eugena, cuando la pareja real
iba a viajar. Su trabajo consistía en cargar las bolsas, el manejo de equipaje
de la pareja y acompañarla en cada paso del camino, asegurar la ropa y
pertenencias hechas, junto con la realeza, hasta llegar al destino. Para hacer
su propio trabajo más fácil, Vuitton diseñó una pequeña bolsa elegante en donde
podía llevar más pertenencias, era más práctica y más fácil de almacenar.
En la
década de 1850, los bolsos eran planos, circulares o cuadrados y estaban
decorados con colores vivos y pedrería de fantasía, en contraposición con el
estilo antiguo que estaban decorados con un cordón. En el siglo XIV, se hicieron populares unas
pequeñas bolsitas de cuero o género que se cerraban mediante un cordón, el cual
luego se ajustaba a la cintura. Los
hombres los utilizaban sencillos, para llevar dinero, mientras que las mujeres
hacían gala de bolsas adornadas y bordadas con delicadeza. La cantidad de adornos en la bolsa
determinaba el estatus social de quien la llevaba. No fue sino hasta la época
victoriana que los bolsos de mano se hacían para que hicieran juego con
diferentes vestidos y con las prendas de vestir de las mujeres. Los años 20
fueron los años de la revolución en muchos términos, y también en la moda.
Los “pochettes” los primeros sobres, con sus
diseños geométricos, propios de la época, eran los favoritos de las mujeres en
ese entonces. Los tiempos estaban
cambiando y la libertad en términos de vestuario se podía ver en pequeñas cosas
como por ejemplo, que el bolso ya no tenía que combinar exactamente con el
atuendo que se llevaba en el momento.
El clutch o sobre representaba todo lo
que era la mujer en los años 20. Una mujer con nueva energía y protagonismo,
elegante y simple, gustosa de las siluetas definidas. Una mujer que no temía
expresar su personalidad a través del vestuario.
En la década de los 60 la
juventud tomó por asalto al mundo, el concepto del bolso cambió. Ya no se
trataba de contar con un único bolso, sino que se lo vio como algo práctico,
algo que permitiera cambiarse según el humor o la ocasión, a partir de la
llegada del nuevo siglo XXI, las casas de moda se preocuparon en relanzar
modelos anteriores con características más acordes al tiempo moderno, bien
aceptado gracias a los tan populares y funcionales bowling bags. De una manera o de otra, los bolsos siempre
han cautivado, pero en la actualidad la atención que se les brinda es bastante
más alta que en décadas anteriores.
Hoy se cuenta con modelos para cada ocasión,
materiales para cada gusto y precios para cada bolsillo y se espera cada vez
con mayor ansia la presentación en el mercado del próximo “it-bag”, dejando
atrás esos tiempos en los que los bolsos solo servían para llevar objetos
personales.
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