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domingo, 23 de febrero de 2014

ALFORJA

Las alforjas están íntimamente relacionadas con los bolsos ya que aquéllas son las antecesoras de éstas. Las alforjas se diferencian en que eran unos sacos de tela cortos y anchos y con forma cuadrada que eran usados para transportar cerámica, alimentos y objetos pesados. 

Los bolsos de mano han recorrido un largo camino, se desconoce con exactitud desde cuando existen los bolsos ya que no se han conservado referencias históricas que reflejen con veracidad la fecha de su creación. 
Todo parece indicar que los primeros indicios de la aparición del bolso se dan en Egipto, donde se han encontrado jeroglíficos que muestran figuras masculinas con una suerte de bolsa pequeña atada a la cintura.  
En general, se asume que se trataba de una forma cómoda para transportar semillas en las plantaciones,  sin embargo, se puede afirmar que ya en la prehistoria se usaban instrumentos similares. Todo ello se deduce de algunas pinturas rupestres halladas en las que se aprecia dibujos de figuras femeninas portando objetos parecidos a bolsas. Según se cree, es posible que el hombre nómada hubiese desarrollado el bolso para poder transportar el alimento que cazaba o recolectaba durante sus desplazamientos; usando para ello la piel de los animales que consumía. 
Desde entonces, el bolso se convirtió en un elemento importante para la vida cotidiana por su gran utilidad. 
Las Bolsas estaban bordadas por lo general con la ilustración de una historia de amor y eran a menudo un regalo del novio a la novia cuando se casaban. Los monederos y los bolsos de mano fueron utilizados para llevar semillas, objetos religiosos y medicina y eran llevados por hombres y mujeres. Por referencias históricas. 

En 1630, el príncipe elector Maximiliano I de Baviera paseaba por la corte con un pomposo morral de terciopelo verde con bordados de oro, mientras que el rey Luis I de Baviera hacía lo propio con una bolsa de terciopelo con incrustaciones de plata. Louis Vuitton es conocido por ser el hombre de la bolsa para Napoleón III de Francia. Vuitton fue contratado para cargar las bolsas de la esposa de Napoleón, Eugena, cuando la pareja real iba a viajar. Su trabajo consistía en cargar las bolsas, el manejo de equipaje de la pareja y acompañarla en cada paso del camino, asegurar la ropa y pertenencias hechas, junto con la realeza, hasta llegar al destino. Para hacer su propio trabajo más fácil, Vuitton diseñó una pequeña bolsa elegante en donde podía llevar más pertenencias, era más práctica y más fácil de almacenar. 
En la década de 1850, los bolsos eran planos, circulares o cuadrados y estaban decorados con colores vivos y pedrería de fantasía, en contraposición con el estilo antiguo que estaban decorados con un cordón.  En el siglo XIV, se hicieron populares unas pequeñas bolsitas de cuero o género que se cerraban mediante un cordón, el cual luego se ajustaba a la cintura.  Los hombres los utilizaban sencillos, para llevar dinero, mientras que las mujeres hacían gala de bolsas adornadas y bordadas con delicadeza.  La cantidad de adornos en la bolsa determinaba el estatus social de quien la llevaba. No fue sino hasta la época victoriana que los bolsos de mano se hacían para que hicieran juego con diferentes vestidos y con las prendas de vestir de las mujeres. Los años 20 fueron los años de la revolución en muchos términos, y también en la moda.  

Los “pochettes” los primeros sobres, con sus diseños geométricos, propios de la época, eran los favoritos de las mujeres en ese entonces.  Los tiempos estaban cambiando y la libertad en términos de vestuario se podía ver en pequeñas cosas como por ejemplo, que el bolso ya no tenía que combinar exactamente con el atuendo que se llevaba en el momento. 
El clutch o sobre representaba todo lo que era la mujer en los años 20. Una mujer con nueva energía y protagonismo, elegante y simple, gustosa de las siluetas definidas. Una mujer que no temía expresar su personalidad a través del vestuario. 
En la década de los 60 la juventud tomó por asalto al mundo, el concepto del bolso cambió. Ya no se trataba de contar con un único bolso, sino que se lo vio como algo práctico, algo que permitiera cambiarse según el humor o la ocasión, a partir de la llegada del nuevo siglo XXI, las casas de moda se preocuparon en relanzar modelos anteriores con características más acordes al tiempo moderno, bien aceptado gracias a los tan populares y funcionales bowling bags.  De una manera o de otra, los bolsos siempre han cautivado, pero en la actualidad la atención que se les brinda es bastante más alta que en décadas anteriores. 


Hoy se cuenta con modelos para cada ocasión, materiales para cada gusto y precios para cada bolsillo y se espera cada vez con mayor ansia la presentación en el mercado del próximo “it-bag”, dejando atrás esos tiempos en los que los bolsos solo servían para llevar objetos personales.




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